Hasta luego.

Ahora que puedo despedirme como quisiera hacerlo entonces, ahora que puedo ser objetiva con este “hasta luego”, ahora que aún no me has hecho daño, ahora que aún no te he roto el corazón, ahora que no se si tendré que despedirme algún día. Así que te pido perdón ahora, te pido perdón por todos los viajes que no hemos hecho, por todos los lugares a los que no habré ido contigo por falta de tiempo, perdón por haberte dado demasiados abrazos, perdón por haberme sentido una princesa a tu lado, por haberte comido a besos y a mordiscos, perdón por no saberte cantar canciones, por levantarme despeinada, por ser lo primero que deseo llevarme a la boca cuando despierto. Te pido perdón por sentir celos por todo, porque te abrazaré demasiado fuerte y con demasiadas ganas, porque te cogeré de la mano y no querré soltarte. Te pido perdón porque querré hacerte el amor en todas partes, perdón porque tal vez te llamaré demasiadas veces por teléfono o demasiados mensajes, y porque seguramente seguiré sin soportar a tus ex novias, perdón porque te diré cosas que no siento cuando me enfade y tontearé con otro chico para sentirme deseada por ti y para ponerte celoso, perdón por querer quitarte los enfados con abrazos y besos, por no saber enfadarme, por no saber decirte que no. Perdón porque poco a poco me habré ido conociendo tu cuerpo, cada día seré un poco menos turista y a la vez cada día descubriré un lugar nuevo donde aún no habré estado. Perdón porque te daré demasiadas lunas gratuitas, porque no querré dejar de sorprenderte, perdón porque no te haré caso cuando me digas algo. Te pido perdón así, de este modo, porque no te contaré todo, pero te diré sin miedo todo lo que querré algún día. Te pido perdón porque algún día te miraré a los ojos y te diré: Si, me he enamorado. Te pido perdón por si llega el día en el que te quiera demasiado. Y vengo a despedirme ahora que no quiero irme, ahora que tengo miedo, ahora que aun tiemblo si me tocas y siento ese cosquilleo en el estómago cada vez que me besas. Así que, te regalo una despedida sin marcharme, porque tal vez mañana te dejaré una hoja en blanco y no sabré que decirte, siempre se me dieron mal las despedidas. Te diré adiós así, besándote, acariciándote, mimándote hasta desgastarte, porque si has de morir, si he de morir de amor quiero hacerlo en tus brazos y que seas tú el que me dé siempre el último beso. Y si lo vivo así, como lo estoy viviendo ahora, podré abrir el álbum de fotos de mi memoria y pensar que valió la pena conocerte, aunque por entonces no sepa decirte adiós. Y si esa despedida no llega nunca, volveré a leer esta carta, para acordarme y recordarte porque te quedas y porque no me marcho.

¿I que hago cuando te eche de menos?

He vuelto a soñar contigo, o eso creo. A veces me resulta difícil diferenciar si estoy soñando o que como no puedo dormir tu te das un paseíllo por mi mente.Siempre tan impredecible, que raro en ti.
Cada vez que salgo tengo la esperanza de verte, ya sabes no me encontrarás en casa.
Todo me resulta tan irónico, tan subrreal.Me paso las vacaciones bebiendo bebidas caliente para pederme en el vapor que desprenden y caminando por calles de una ciudad en la que ni vives... tendría que ser demasiado valiente para andar cerca de tu portal aunque si la desesperación de no verte sigue encogiendo mi garganta me verás pronto.
Adiós, voy a ver si el viento frío me aclara las ideas.

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Que ahora todo será distinto, que no habrá tardes pensado en tí, que no esperaré que llegue el fin de semana para verte o por lo menos tocarte, que no me hace falta ir a ningún sitio donde tu estés, para verte, que de nada sirve estar detrás de una persona que no siente lo mismo, que nunca lo ha sentido pero como siempre me digo a mí misma que es mejor tener algo que no tener nada. Se sabía que este momento llegaría, tarde o temprano, lo quiera o no. Entiendo que tu hallas rehecho tu vida, que hallas conocido gente nueva, chicas, chicos, pero lo que nunca e entendido es lo que me has  dado para después de todo el tiempo que ha pasado siga aquí, sin dar paso. Esto acaba así, si soy sincera, con mucho rencor pero nunca lo sabrás, te deseo lo mejor, que te valla bien con ella y con todas las que vengas pero te diré una cosa, nadie te podrá querer como te quise y te he querido…dejare que el tiempo pase.

(Me acordare siempre de tu forma de tocarme y todas las infinitas tardes que hemos quedado)

Las cosas cambian de una manera inexplicable.

Ya esta bien.

Tia, es duro pero..., creo que deberia recordartelo: LE DAS IGUAL. En efecto, le das completamente igual, no le importa lo mas minimo como estes, lo que sientes, o piensas. Le importa un nabo si sufres. No le importa nada, le da igual si un dia te despiertas como si no. No te valora, no entiende lo que es una amistad, no sabe que es tener sentimientos, te trata como si fueses una cualquiera. Es la cruda realidad, y… ¿sabes que? Te esta usando, eres su juguetito. Te ha usado siempre y lo sigue haciendo, y lo peor de todo es que es asi porque TU se lo permites. Esta rebajando tu dignidad a cero. Tia, eres estupida, basta ya de creerte todo lo que te dice cuando a el le apetece pasarlo bien un rato, que no siente nada de eso que te hace creer, que todo es MENTIRA. Que te da una de cal y otra de arena. Que un dia te hace sentir la mas especial y al otro te hunde en la mierda. Que no te merece, que no se merece que emplees ni un segundo mas en el. Que te olvides, que no le vuelvas a hablar, no pienses en nada relacionado con el. Porque aunque te haga creer lo contrario, el NO hace eso contigo; no piensa nunca en ti, no se acuerda nunca de ti, no se preocupa por ti..., NO LE INTERESAS. Simplemente sabe que con un chasquido de dedos te tiene en la puerta de su casa, y cuando le da la gana, te llama y tu apareces. Porque claro, siempre es todo COMO EL QUIERE Y CUANDO EL QUIERE, y eso… no puede seguir asi. Ademas, no es algo de ahora, lleva mintiendote desde el principio, siempre. Se que duele, pero es la verdad. Asi que, paralo ya, parale los pies, no vuelvas a dedicarle un gesto bonito, una caricia, ni una minima muestra de interes, nunca mas, al menos hasta que las cosas vuelvan a la normalidad, porque no entiendo como soportas esto, me parece INHUMANO.

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-Sólo te llamaba para saber si por si acaso tú también me necesitabas; Lo siento, ya cuelgo.

No me pidas que no te eche de menos.

Vuelves para marcharte. Me das un soplo de vida durante unas horas. Sólo unas horas. Lo suficiente para que mi sonrisa de tonta vuelva a nacer. Quédate un rato conmigo. Si sale mal no lo intentaremos más veces. Date a ti mismo una oportunidad. Prométete a ti mismo que todo saldrá bien, que no será como antes. Se acabaron las discursiones. Prometido. Pero vuelve. Esos dos meses serán más fríos sin ti. Así que vamos a disfrutar de la de la primavera, un poco de verano... Juntos. Como lo hemos hecho hasta hace nada. Recuerda las cosas buenas, el primer te quiero en marzo, los altibajos metidos casi en abril. Y de repente todo se ha congelado. Me despertaré cada mañana pensando que tendré un mensaje de buenos días. Buenos días, estrella . Y de buenas noches. Antes de ayer me ponías todas esas palabras que me hacían rabiar pero que cuando te ibas echaba de menos. Seguías a mi lado después de las discusiones. Me robabas una L. Y otra. Y otra. Y otra más. Me ilusionaba con facilidad. La estrella brillará siempre. Un mundo sin sol, muere. No tengas miedo a sentir otra vez. Yo estoy en el presente contigo. Déjate llevar. No le pidas imposibles a la vida. No le pidas que deje de echarte de menos.

Quererte demasiado.

Lo malo de quererte cada día un poco más son los trescientos cuarenta y cinco días que pasé contigo. Que pasan factura. Querer a ratos. Ya no me acuerdo. Yo te quiero siempre, cada paso que das y cada palabra que dices. Cada cosa que hablas y cada puta mirada tuya que no entiendo. Lo malo de quererte.. eso es lo malo de quererte. La sensación de vértigo cada vez que das un paso más lejos de mi. Un paso mal dado. La cara de imbécil que se me queda cuando se que lo hago mal. Quererte demasiado. Eso es lo malo de quererte. No quiero intentar lo que no se puede intentar. Cambiar. Si tú cambiaras no serías tú, y yo te quiero a ti. Joder. Pues quiéreme aunque te mate a disgustos. Cómo hacíamos antes. Quiéreme de todas las formas posibles. De noche y de día. Los domingos por la tarde y un miércoles por la mañana.” ¡Pero si es que te quiero!” Y eso lo justificaba todo. Era bonito. Amor sin límites. Lo de siempre. Lo nuestro. Nunca tuvimos límites. Amor que se muere por comerse una tarde de domingo. Y un lunes, los lunes también nos queríamos. Voy a dejar de hablar de nosotros. Que empieza a resultarme raro. Ahora hablaré de mí. Quererte un poquito más cada día que pasa es un reto. He decidido empezar a quererte un poco menos.






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